miércoles, 4 de junio de 2008

Exilios

Esta es el alba. Es anterior a sus mitologías y al Cristo Blanco. Engendrará los lobos y la serpiente que también es el mar. El tiempo no la roza. Engendró los lobos y la serpiente que también es el mar. Ya vio partir la nave que labrarán con uñas de los muertos. Es el cristal de sombra en que se mira Dios, que no tiene cara. Es más pesada que sus mares y más alta que el cielo. Es un gran muro suspendido. Es el alba en Islandia. Jorge Luís Borges.

Elijo Islandia para mi huida. No como lugar para quedarse, porque escapar es una vocación, pero sí para realizar el supremo acto del portazo. Chau Valencia, ahí se queda con sus cosas, sea buena, vigile los triglicéridos y las banderas, no cruce en rojo, sobre todo no cruce en rojo y respete a las damas que desmayan sus pasos como pinceles, a los varones que son Atlas de su barriga, a los niños que mañana le cumplirán escrupulosos el odio. Ahí se queda ciudad. Le dejaré una luz encendida por si teme a la noche. ¿No? Tal vez debiera.

Elijo Islandia, sospecho que el nombre es fruto de una torpe traducción de intuición fonética de Iceland, tierra de hielo. Elijo arribar como los Vikings en un barco precedido de dragones. Elijo el tacto del hierro en mi mano. Elijo un pueblo pequeño, junto al mar. Elijo una barca, una casa pequeña y cálida en dos alturas con ventanas al fuego y al agua. Elijo bajar cada mañana a pescar.

Sin estar he recorrido ya esas calles. He caminado contra el viento con las manos en los bolsillos y el tronco vencido hacia delante hasta llegar al bar. He tomado sus licores duros y he visto follar a los caballos salvajes en un instante y un alba que no concluyen. Islandia. Pero ¿Islandia para qué? Islandia está igualmente poblada de espejos.

14 comentarios:

morena dijo...

Que meto en mi maleta?....jeje.

Forlati dijo...

Guauuuuu! Diafebus, dejenos ganar alguna vez a los mortales.

Anónimo dijo...

Gran post, Diafebus.
Siempre me resultó algo lejana la obsesión escandinavoislandesa del gran Borges. Soy más de sur y del calor. Pero su post me ha gustado mucho. El último párrafo me parece particularmente genial.
Saludos.

Angresola

diafebus dijo...

Gracias a todos por su amabilidad. Y en cuanto a la maleta, la aventura exige un equipaje mínimo. Cojan una bolsa de cuero, metan un par de libros de bolaño, un par de camisas limpias y un cuchillo.

Comtessa d´Angeville dijo...

bueno bueno oiga.

es que ninguno se va a exiliar al interior? qué tendrán las aguas saladas?

morena dijo...

Vicio ègueda, mucho vicio

morena dijo...

ups... quería decir àgueda

besitos

(...será que me imagino, ya a estas horas, con alguna copa de más?..)

Comtessa d´Angeville dijo...

y tanto vicio, dígamelo a mí morena, que ni dos días seguidos he podido estar sin ver azul.

y mirar el azul en Valencia es triste, porque Valencia no sabe mirar al mar, le da la espalda y le presenta el culo cuando le convien.

diafebus dijo...

Que Valencia no mira al mar es un discurso que me da pánico. No mira al mar porque no es una ciudad marítima. La puta enfermedad de divan de nuestros dirigentes consiste en reclamar algo que nunca les perteneció. El cabanyal sí era un pueblo marinero, pero qué importa, mejor pasarlo a cuchillo en aras de ser un poco más imbéciles. Yo no quiero que Valencia mire al mar. Sería mejor que no lo hubiesen descubierto nunca.
El vicio del azul es incurable. Bendita enferma-edad.

morena dijo...

Hale, hale, ya pasó...jajjajaja

Comtessa d´Angeville dijo...

Bueno bueno no se me enfade que no soy de aquí y hablo sin conocimiento de causa. Pero la relación de los habitantes de Valencia con el mar es diferente a la que tiene la gente en Alicante, por ejemplo (que es donde yo vivo). Y que tampoco es que me guste aquello, y más desde que han empezado las obras para lo de la Volvo Ocean Race... Más trabajo para mí si cuando llegue el evento no he abandonado el asqueroso mundo de la náutica deportiva. Me gusta cómo miran al mar en Santa Pola. O en la Villajoyosa. Más en Santa Pola porque me encanta cómo habla la gente de allí.

diafebus dijo...

Usted sabe que no me enfado, Àgueda. Es tensión positiva que llama, arranques pasionales cuando el tema importa. Tampoco yo soy de Valencia, soy de Xàbia y entiendo perfectamente a qué se refiere con la diferencia de la mirada.
A veces nuestras filias y fóbias nos activan ciertos resortes difíciles de inhibir, eso es todo.
Un placer tenerla por aquí.

Vicè dijo...

Grande Diafebus.

Este post me ha traído a la memoria la semana que conviví con una islandesa (Vera, se llamaba) en el piso de San Giovanni Valdarno. Venía con dos amigas (muy guapas las tres) y bebían vino a un ritmo febril. La que menos medía 1'85. No les interesaba nada aprender italiano, y les hacía gracia que les hablase castellano. Creo que me dijeron que el 70% de Islandia está helado, y sólo hay vida en el litoral.

Valencia no es marítima, es fluvial. Completamente de acuerdo.

diafebus dijo...

Amigo Vicé, creo que usted y yo debemos esta reflexión a la misma persona. Por cierto ¿dónde se habrá metido? Se le echa de menos.