lunes, 9 de junio de 2008

El deseo de Miroslava


Me cae bien Roger Federer porque nunca ha ganado Roland Garros. De otro modo su perfección se me haría difícil de soportar. Me cae bien Rafa Nadal, porque sólo gana en Roland Garros (exageración que espero que entiendan y no corran a censurar). De otro modo su presencia rudimentaria me acabaría cansando. A Federer lo imagino abriéndose camino con un florete en el desembarco de Normandía, sin despeinarse. A Nadal lo fabulo partiendo a hachazos las murallas de la fortaleza de San Carlos de la Cabaña.
No me interesa hablar del partido, sino de la novia de Roger Federer, la extenista Miroslava Vavrinec. Mírenla. Mirenla bien y no se cansen de mirarla porque ella es el arquetipo de la triunfadora prime time. Ella es la opulenta belleza occidental que come cinco veces al día y me deprime y está triste por mucho que mofletes hinchados de viento de rosas. Es la hija que Rita Barberá consentiría tener. Demasiado perfecta y porcelana para otras manos que las del mejor tenista de todos los tiempos.
El domingo, el realizador de televisión subrayaba cada fallo del suizo con planos morosos de Miroslava. Detrás de sus gafas de sol, negras, anchas e insondables como la noche en el océano, reprimía un mohín de disgusto con cada volea que se quedaba en la red como un pájaro exhausto. Al menos eso dictaba un análisis superficial y correcto. Su gesto era otra cosa.
Viendo en el rectángulo de tierra a su chico perfecto barrido por un huracán, un fogonazo de deseo le revolvía la entrepierna tantas veces condenada a caricias tímidas y casi conyugales. Me la imagino despreciando a Federer, sus joyas, el maquillaje, los anillos y la sonrisa perfecta y los castillos y el champagne y lejos, muy lejos; apretada a la musculatura hercúlea de nadal en la parte trasera de una moto con el carburador rectificado por una pista de tierra camino de una cala abrupta de Mallorca. Mientras Federer, el buen Federer, el lindo, suave, correcto Federer, el pobre buen mirlo blanco Federer, caía una y otra vez, Miroslava sentía su ropa hecha jirones, su cuerpo estirado hasta la asfixia, los mordiscos callados y brutales de Rafa en su carne burguesa.
Después, por la noche, mientras Roger lloraba en la habitación con un bombón de menta entre los dedos, Miroslava se masturbaba en el baño mordiendo una toalla para no hacer ruido.
¿Me quieres? preguntó Roger más tarde.
Apaga la luz, dijo Miroslava. Y le besó la frente.

10 comentarios:

Vicè dijo...

Impecable descripción de Nadal y Federer en batalla.
En cambio, mi definición de Miroslava, tras una aproximativa disección visual, sería muy breve y muy prosaica. (jeje).

morena dijo...

Genial, simplemente genial......

bésote

Forlati dijo...

Magnific, mon ami. Encara que no puc vore a Nadal. Eixa forma de posar la boqueta i l'anunci de Kia, argggg. Em recorda als pijos més recalcitrants que compartiren aula en vosté i també en mi durant anys de carrera.

diafebus dijo...

Sí, no havia caigut, pero algo d'això hi ha. Puajjjjj. Quins anys, Forlati, quins anys. Algun dia m'animaré i faré un anecdotari en el que Vicè segur que aporta sucoses punyalades

Comtessa d´Angeville dijo...

es que a mi no m´agrada el tennis

Anónimo dijo...

"Con un esfuerzo que levanta en vilo al público, Marco rechaza la red con un molinete de la espada mientras tiende el brazo izquierdo y recibe en el escudo el golpe resonante del tridente. El procónsul desdeña los excitados comentarios de Licas y vuelve la cabeza hacia Irene que no se ha movido. "Ahora o nunca", dice el procónsul. "Nunca", contesta Irene. "No es el que era", repite Licas, "y le va a costar caro, el nubio no le dará otra oportunidad, basta mirarlo". A distancia, casi inmóvil, Marco parece haberse dado cuenta del error; con el escudo en alto mira fijamente la red ya recogida, el tridente que oscila hipnóticamente a dos metros de sus ojos. "Tienes razón, no es el mismo", dice el procónsul. "¿Habías apostado por él, Irene?" Agazapado, pronto a saltar, Marco siente en la piel, en lo hondo del estómago, que la muchedumbre lo abandona. " Et cètera

M'ha recordat molt a estes pàgines que mai oblide. Açò és un elogi, clar.
Dies Iulians

diafebus dijo...

A botepronto: ¿Todos los fuegos el fuego?

Gracies per l'elogi Dies Iulians.

Anónimo dijo...

De bot i braç...
COOOOOORRECTE!!!

Cada dia escriu vosté millor.

Belen dijo...

M'encanta el text...On has aprés a escriure així, Sensei?.
Me ha encantado la descripción de Federer, de Nadal, y he flipao con la de Mirca. Extraordinario.

Anónimo dijo...

jajajaja, pinches españoles pendejos, el día que el buen rafita destape su verdadera sexualidad se van a cagar no de la sorpresa sino del berrinche.