domingo, 1 de noviembre de 2009

El discreto encanto del desamparo


Los enemigos dejan de tener gracia cuando la ira que nos provocaban se vuelve ternura. Entonces todos los agravios, las recíprocas violencias, las conspiraciones, todo, se tienen que resolver en un abrazo avergonzado, en una última mirada cargada de adioses y sirenas.


El Follonero entrevista, dialoga con Federico Jiménez Losantos en la fiesta de veinte aniversario de El Mundo. Su último encuentro abundó en fintas y mojadas de trazo grueso. Eran búfalos fuertes. Retumbaba la pradera. La de hijos de puta que tengo que aguantar, sonrió Losantos. ¿Lo dice por mí? retó el Follonero. No, ¿cómo puedes preguntar eso? confirmó el riojano. Entonces Federico era la voz franquicia de la COPE. Nada escapaba a su inteligente malicia. Daba igual que fuese la previsión del tiempo, el estado del tráfico o una sesión de control al gobierno. Federico arrastraba sus erres timoratas entre descalificaciones, astracanadas y otros artefactos bóricos. Era la España inmortal dando cera, zurrando la badana, contando las costillas, ganando, de nuevo ganando y poca broma.


Desde su lado del ring, la Sexta montaba sus baterías comerciales. Queremos una televisión que embrosquile al consumidor alfa para cuando se ponga el próximo sol, decía Jaume Roures, y así tendió una cabeza de puente en la carismática figura de Jordi Evole, un guionista reconvertido a actor y amamantado en los abundantes pechos del Terrat.


Eran buenos broncos tiempos. Días de héroes y sangre. Pero el tiempo pasa y los antagonismos que nos ayudan a vivir desaparecen. Perder a un enemigo es peor que perder a un amigo o a un amor. Si tus amigos y tu parejan te traicionan siempre te puede quedar el áspero consuelo del odio, pero, si un enemigo te deja ¿entonces qué? Entonces nada, entonces bajar la mirada, entonces las puntas de los zapatos, la mano en el bolsillo, te veo estupendo, sí, yo también te... bueno me esperan por allí. Adiós.


Federico ya no es Federico. Le pegaron un sotanazo y fuera de la Cope ya no es Federico. Tampoco en El Mundo, aunque cultive la figura del outsider ahora que Pedro J y Zapatero mojan las tostadas en champan en una cama de hotel. Federico está solo. Peor que solo. Le acompañan sus recuerdos, la nostalgia de una grandeza que no llegó a suceder. Siempre le querremos don Federico, dijeron los suyos, pero era mentira. Por lo menos lo sabían.


El reencuentro entre el Follonero y Losantos ha sido la encarnación de la tristeza. Federico es más bajito aún que Jordi, y se abarloaba a él como un niño, se quería cerca del brillo de la cámara de La Sexta. Junto a él pasaron el ministro Sebastián, Zapatero y Pedro J. Lo miraron como al cuñado borracho que vomita en la puerta luego de la cena de Nochebuena y nos da asco porque sabemos que dormirá solo en una habitación sucia llena de pañuelos con semen acartonado. Los tres se fueron riendo. Se fue el Follonero después de abrazarlo. Federico se permitió un último capotazo desmayado. Al otro lado del arco de seguridad la fiesta abría su cola de pavo real para los nuevos amigos.


Losantos seguía sonriendo. Sin entender muy bien quién era ahora. Ahora que ya no era más un enemigo. Ni siquiera un enemigo.

lunes, 15 de junio de 2009

Más tonto que una ortiga


Lo que Marx no sabía es que el colapso del capitalismo vendría de la mano de tipos tan poco sospechosos, a priori, como Joan Laporta. Lo que yo no sabía es que Pedro Muelas alcanzaría en público tales grados de abyección intelectual y moral.


Caso Cristiano Ronaldo. El Real Madrid desembolsa 94 millones de euros y se hace con los servicios de un jugador de fútbol. El Manchester cobra 94 millones de euros y se deshace del tal jugador. Y el apocalipsis. Joan Laporta se descuelga con algo parecido a que la gestión económica de Florentino Pérez es imperialista. Pedro Muelas, en la ortiga, se descuelga con una comparación de parvulario entre las necesidades del tercer mundo y el gasto del Real Madrid. Como telón de fondo la crisis mundial y la supuesta irresponsabilidad de gastar tanto dinero con la que está cayendo acá y acullá.


Un par de reflexiones rápidas. Si la empresa X - pongamos una eléctrica - adquiere el 47% de la mercantil Y - pongamos una cementera - por 100 millones de euros no sólo no es imperialista y obsceno en tiempos de crisis, sino que es saludado como un movimiento a imitar, una inyección de líquido en el mercado que generará movimientos proporcionales a su alrededor, creará puestos de trabajo que generarán consumo que generarán impuestos directos e indirectos que generarán "brotes verdes" en la economía. ¿Me explica alguien la diferencia? ¿Me explica alguien la inmoralidad del asunto? De hecho ¿me explica alguien qué carajo hacemos hablando de moral? El capitalismo es inmoral e imperialista por definición, así que podemos poner en tela de juicio el sistema - y me parecerá bien - pero no que uno de sus actores observe sus reglas. El fichaje de Cristiano Ronaldo, rendimiento deportivo al margen, es un colosal movimiento financiero. De esos que reclaman los gobiernos cada vez que les ponen un micrófono delante y no se acuerdan de hablar del Falcon.


¿Es más inmoral gastarse 100 millones de euros en un futbolista que gastárselos en tres? El Valencia pide cincuenta quilos por Villa y, siguiendo la lógica de la ortiga, lo que debería hacer una vez ingresados es ponerse a construir escuelas en el Congo y financiar la lucha contra la malaria. Permítanme que ponga en duda que tal cosa suceda. Si finalmente el Manchester ficha a Villa por 52 millones de euros ese dinero se invertirá en paliar la deuda del conjunto Ché y con un poco de fortuna y sentido común en retomar la construcción del estadio. Un estadio completamente adecuado a moral según parece.


También se escucha estos días la siguiente reflexión. ¿Cómo los bancos dan préstamos al Real Madrid y no a los particulares, las pymes y tantos y tantos necesitados? En primer lugar parece que sólo se le preste dinero al Real Madrid. En segundo lugar los bancos lo que hacen es un estudio de riesgo (bastante laxo hasta la fecha y así nos vemos donde nos vemos) en base al cual deciden. Si un banco te presta diez es que va a ganar setenta. No es caridad financiera sino perspectivas de negocio. ¿No era tan urgente que los bancos tuviesen dinero y confianza para que todo volviera a rodar?


Volviendo al caso de Prensa Ibérica, grupo editorial al que pertenece el suprascrito de la ortiga, adalid del reparto justo de la riqueza. Supongo que no tuvo huevos a decirle a Moll que en vez de comprarse la 97.7 radio por un pastizal le diera el dinero a aldeas infantiles. Supongo. Aunque claro, igual es que yo soy un capitalista sin corazón y el peso de mi duro sombrero de copa me impide pensar.


Miren, si se trata de darle una patada en el culo a este sistema económico depredador, asesino y sin futuro, cuenten conmigo. Pero para hacer el gilipollas, no. Eso ya lo sé hacer yo solito. Y me sale de vicio.

miércoles, 10 de junio de 2009

Naturaleza Muerta


Votar en la Comunitat Valenciana o eres del PP o es un puto acto de fe. Y de fe ando escaso, en descubierto, en números rojos que no son tan rojos.


Descartado el Partido Popular por razones de incompatibilidad ética, estética, económica, religiosa y legal, repasemos el resto de alternativas.


El primer perseguidor, dizque a unas cuantas lunas de distancia, es el PSPV.

¿Qué cosa es el PSPV? A bote pronto un partido profundamente mediocre. Recuerda a esos equipos de fútbol que llegan desfondados al último tramo del campeonato y que no se sabe si defienden o atacan. Tiene un escudo con historia, pero esa camiseta lejos de ganar partidos encabrona y moviliza a la afición rival aunque sea por lo que pueda tener de amenaza atávica. También a esos boxeadores que se acostumbran peligrosamente a besar la lona y no se sienten seguros fuera de su horizontalidad vencida. Una cosa es la dignidad del derrotado que bla, bla, bla, y otra muy distinta ser un paquete. Los paquetes no gustan a nadie. No conquistan a rubias fatales cuando quiere amanecer y ya están cerrando y es agua el último hielo de la copa. Sólo asquean ligeramente al gorila que lo lanzará al asfalto mojado con una mueca de asco.

El PSPV debería definir una estrategia y cumplirla apasionadamente, a toda ultranza.

Si quieren hacer oposición destructiva, cojonudo. Pero entonces no hay que desfallecer hasta enviar al último oponente al infierno a bayoneta calada. Esa fue la estrategia de Aznar de principios de los noventa. Facilona pero efectiva. Ellos no saben. Les sirven el plato en bandeja (Gürtel, Fabra, Alperi, Orange Market, despilfarro, sanidad, educación, Rus y arriba España) y les falta diente.

Quieren hacer oposición constructiva, pues mejor aún. Entonces cada día ha de suponer un vasto esfuerzo por explicar cuál es su proyecto de sociedad, cuál su giro a la izquierda, cómo será la realidad un día después de que gobiernen. Lo que Anguita llamaba programa, programa, programa. Tampoco sirven para eso. Porque no tienen proyecto. Sólo miedo.

Cuando criticaron tibiamente la F1 el PP tronó ¿No queréis F1? decidlo. Y no lo dijeron. Callaron como putas por un puñado de votos. Cuando el VCF los acusó de enemigos del pueblo valenciano, callaron de nuevo como putas. Cuando el estatuto, callaron como putas y luego corrieron a llorar por su honra ultrajada. El problema del PSPV es que no pretende otra cosa que hacer lo mismo que el PP pero que la pasta acabe en su bolsillo. Con los casos de corrupción urbanística tres cuartos de lo mismo. Son los mismos perros y casi con idéntico collar. Hasta que el PSPV no deje de ser una cueva de tecnócratas flowerpower y se definan, hasta que no privilegien la sustancia a la imagen, hasta que no sepan qué carajo quieren hacer, no cuentan.


La siguiente formación es entrañable. Compromís, el paraguas raído bajo el que se mojan Bloc y EU nació muerta. Necesitaron meses para cerrar un pacto porque se encabronaban, creo recordar, por quién sería el número 3 por Alicante. Bravo. Stupendo. Era una formidable declaración de intenciones. En cuanto a las razones de Eu ellos sabrán. Divididos en Esquerra i País, los restos del ala fundamentalista y Projecte obert sólo necesitaban a la gente de Morera para acabar de pegarle fuego al gallinero. Ahora me cuentan que Gloria Marcos ya no se tiñe el pelo y no da conversación a los taxistas. Ella aniquiló a las voces críticas. Ella sabrá. ¿Y el Bloc? ¿Qué coño es el Bloc? En cuanto acaben de definir qué es para ellos el valencianismo político y cuál es su proyecto social y cultural entonces empezaremos a hablar. De momento niet.


Fuera del arco parlamentario coexisten diversas fuerzas políticas de distinto pelaje. A un lado la ultraderecha. Nada que comentar. Tápense la nariz y sigan caminando, por favor. Luego los colgados de los canutos, los antitaurino y el partido de los señores narigudos de más de cincuenta años que aprendieron a conducir con un seat panda. Estos no cuentan.


Al otro lado del ring, nacionalistas y regionalistas. ERPV que es un poco como el cuñado farsante de todas las bodas, el que ha venido a beberse la barra libre y a ver si le quita a bocados las bragas en el baño a Lupe, la camarera casquivana. UV, muerta. CV, muerta. ONV? Bueno, a parte del afecto personal que le tengo a Carles Choví tampoco su formación me ofrece gran cosa. De un lado un intento más bien timorato de superar el conflicto lingüístico. En el resto de materias... un segundo que me leo el programa y ahora vengo. Dan la sensación de ser aquel pirómano bombero que vivía en un pequeño agujero. ¿Recuerdan la canción? Yo sí.


Así que de cara a las próximas autonómicas lo tengo jodido. Muy jodido. Creo que necesito que venga Leire Pajín a aclararme las dudas.

domingo, 31 de mayo de 2009

MIRYMOR

Es horrible, muchachos, horrible. Me cuentan fuentes de ninguna solvencia, me susurran ladrones embozados en la niebla, me canta un pajarito maricón desde las brasas...que MIR y MOR vuelven a actuar. Terrible, señores. ¿Dónde está Al Gore cuando se le necesita?
El miércoles, si ninguno de ustedes lo impide, (fanfarrias, redoble, aullidos) grandioso espectáculo de monólogos, cuentos, bailes agarraos e introducción al parto acuático en la sala Convento 55, antiguo Gran Caimán - muy cerca de la Estación del Norte y paralela a la calle Pelayo - ). A partir de las diez y cuarto de la noche.

La entrada es libre, así que sólo tienen que sentarse, pedir su combinado favorito, encender el cigarrillo y prepararse para más de una hora de intenso disfrute.

Esta es la tercera vez que MIR y MOR actúan y podría ser la última. Así que si ya se perdieron la caída del muro de Berlín, si no estuvieron en Cabo Cañaveral para la misión lunar y no guardan ningún llavero de naranjito, no dejen que la historia les vuelva a dejar a un lado. Corran a ver a MIR y MOR y ganen distinción, felicidad, elegancia y buen sexo.

El miércoles 3 de junio. En la sala Convento 55, a partir de las diez y cuarto... ¡¡¡¡Los maravillosos* MIR y MOR!!!!

*La dirección de esta página no está necesariamente de acuerdo con el adjetivo.

jueves, 7 de mayo de 2009

AUDIÈNCIES


Los que hayan pasado por casa de Forlati - devuelvan las cucharitas de plata, bellacos, que las tiene contadas - sabrán que los artífices de AU, Agenda Urbana, se embarcan en nuevo proyecto destinado a dinamizar por la vía de lo íntimo la carta musical valenciana.
Tal vez sea cierto que se valoran poco las cosas accesibles. Yo tengo la fortuna de encontrarme el AU recién salido del horno en la oficina. Es lo que tiene estar bien relacionado, amigos; a uno no le hacen trajes a medida en la calle Serrano, pero le traen el AU. Diría que esto no tiene nada de comprometido, pero callen, callen que nunca se sabe cuándo vamos a tener que gritar en la fría mazmorra aquello de te quiero un huevo mientras el verdugo nos aplica, pongo por caso, fotomontajes del careto de Alfonso Rus sobre el cuerpo de Rita Barberà.
A lo que íbamos que me voy del tema. Constantinopla entera celebra, saluda y recomienda encarecidamente que echen un vistazo al proyecto AUdiències. Como dice Forlati, que de noches descarriadas y acordes disonantes tiene un máster intensivo - suicida -, pasará directamente a la categoría de favoritos.
A veces estamos tan ocupados quejándonos de que Valencia huele a naftalina, de que no se hace nada, que cuando un grupo de trabajadores con talento, sensibilidad y olfato artístico, nos proponen algo valioso, vacilamos. Lo olemos alrededor como los gatos escaldados, le aplicamos la punta de la lengua temerosos, lo rozamos así con la yema de los dedos y tendemos a no creernos nada. No es el caso. Quien lo probó lo sabe.
Larga vida, intensa noche, buena música. Ustedes saben que desde las murallas de Constantinopla no mentiríamos sobre estas cosas. Con las cosas de bailar (y otros verbos de la primera conjugación) no se juega.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Numancia o Stalingrado


Después del bochornoso episodio de censura Enric González vuelve a su tribuna de El País. Sin revanchismos. Con elegancia. Cierra su artículo de desagravio con la siguiente reflexión: es cierto que estamos rodeados, la incógnita está en saber si al cabo de este sitio mereceremos el final de Numancia o el de Stalingrado.
¿Saben? Yo elijo Stalingrado. De este lado de la vergüenza ya llevamos cincuenta millones de muertos, y contando. Pero el enemigo acabará huyendo, quiero verlos comer su propia carne enferma durante la huída, quiero verlos temblar de frío, hostigamiento y miedo, quiero que encuentren su tumba en la nieve. No llegaremos vivos al final del combate, ustedes y yo no veremos nuestras ciudades libres, pero cada día que pasa, cada tirador que apostamos en las ventanas de los edificios en ruinas que dejan sus columnas de artillería y la panza negra de sus bombarderos es un paso hacia su derrota. Rodeados, pero no vencidos. Si vinieron a asaltar nuestras casas en la noche que encuentren una andanada de plomo detrás de cada puerta. Si saltaron el muro del huerto para incendiarnos el sueño, que encuentren un hierro en su garganta. Y cuando traten de volver sobre sus pasos entonces sí, entonces volaremos el puente de plata. ¿Qué quieren si nos acostumbraron a la guerra?

domingo, 3 de mayo de 2009

Rodeados

Malas noticias para todos. Censuran a Enric González en el País. Enric, para quien a estas alturas aún no lo sepa, es uno de los mejores articulistas de la prensa española, un hombre culto, tranquilo, inteligente, sensible, irónico, desesperado, un detective salvaje de perfil. Un hombre atento al latido humano de cada historia, un desenmascarador de trileros, un estilista sobresaliente, un tipo que transmite honestidad cuando escribe, y eso es mucho, eso es casi todo. También nos ha regalado dos magníficos libros que no me atrevería a etiquetar como "de viajes". Historias de Londes e Historias de Nueva York son otra cosa. Historias de Roma será también otra cosa. Muchos días biennacieron con la llamada de teléfono de algún amigo. ¿Has leído el artículo de Enric? Entonces todo iba bien. Uno entraba en su tribuna, lo disfrutaba y sabía que esa jornada ya no sería jornada perdida. Tantas veces quisimos a Enric, tantas veces dijimos, coño, cómo nos gustaría tomar un whisky con él, al fondo de cualquier bar, mientras al otro lado del vidrio la noche abre sus alas y promete varias horas de suaves confidencias, de risa salvaje, de silencio respetuoso. Por eso hoy es un día de mierda, día malnacido, día perdido. Enric González ha dicho lo que pensamos y sufrimos todos en este barrio. Qué querían si ya dijimos que es un desenmascarador.
Cada blog, cada ciudad sitiada, cada Constantinopla, cada Mercado, cada viejo Bar vecino reproducirán este artículo. Lo multiplicarán. Uno se siente un poco más digno esta mañana haciendo esto, haciendo de esforzado altavoz de uno de los nuestros. Con su permiso. Con el debido respeto.


RODEADOS

No he visto aún el arranque de Operación Triunfo, en Telecinco. En realidad, a la hora de escribir estas líneas (19.30 del miércoles), el cuerpo me pide que me abstenga. Pero cuando el hipotético lector tenga este periódico en las manos, o en la pantalla, las cosas habrán empeorado. Y yo, con toda probabilidad, me habré autolesionado con un electrodoméstico, con un televisor, concretamente. O sea, habré visto OT. Y habré asistido a la presentación de Ramoncín, paladín de la propiedad intelectual y de los derechos de autor, como miembro del ilustre jurado. Es de suponer que para entonces, mi mañana y su hoy, andaré aún peor de ánimo. Quién iba a decirle a uno que acabaría añorando a Risto Mejide.Lo que puede ir mal, va mal. Eso ya lo sabíamos. Aun así, resulta difícil no apenarse ante el presunto fichaje de Francisco Rivera, también conocido como Kiko o como Paquirrín, por parte de Sé lo que hicisteis (La Sexta). La gracia de ese programa solía consistir en la aparente distancia con que se abordaban las monstruosidades televisivas: emitían trocitos de basura, pero era basura ajena, fenómenos frikis de otros espacios, de otras cadenas, y envolvían el producto con una ironía sarcástica. La incorporación del señor Rivera, como monologuista, aprendiz de monologuista o lo que sea, constituye un cambio cualitativo: Sé lo que hicisteis incorpora su propio monstruito. Si Ana Rosa Quintana tiene a Belén Esteban, ellos tienen al señor Rivera. Francamente, no creo que puedan reírse los unos de los otros. Si acaso, podrán comparar la magnitud de sus respectivas tragedias.Todo esto induce al pesimismo.Uno lo ve todo negro. No quiero ponerme en lo peor, pero cualquier día, en cualquier empresa, van a rebajar el sueldo a los obreros para financiar la ludopatía bursátil de los dueños. Ya sé que exagero, que esas cosas no pasan. Pero antes tampoco pasaban cosas como la de Ramoncín y Paquirrín, y ya ven. Como decía Manolo Vázquez Montalbán, estamos rodeados.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Suecia (I)


Me exiliaré a un país frío donde a media tarde no haya sino entrar a un café de Haga, por ejemplo, a mirar el candor de los parroquianos. A una ciudad en cuyo centro se extienda un frondoso bosque de hojas heladas y troncos desnudos tras los que se oculte el ciervo. Navegaré entre islas semidesiertas donde los cuervos grises se emparentan con el pingüino y siempre hay un tipo que empuja una carretilla en el astillero abandonado. Dejaré que me lleven los cargueros de madera cuando el Ferry se haya ido. Göteborg, pronúnciese Jiotevor. Ciudad industrial del sur de Suecia de menos de un millón de habitantes partida por un tajo del Mar del Norte. Debemos a la hospitalidad de mi primo Luís la estancia y a una botella de ron Santa Teresa algunas tardes de gloria mientras al otro lado, cerca del lago la temperatura cae a cinco grados bajo cero.

Fueron a penas cuatro días, suficiente para tomar el pulso a un lugar que transita con soltura entre lo fantástico y lo pedestre cotidiano. El turista mal acostumbrado tiene perpetua tentación de apartar el objetivo de su cámara de las cúpulas de las iglesias y fotografiar con una mezcla de ira y devoción los huecos de aparcamiento libres en el centro, en cualquier lado. Los milagros del transporte público, de una red de tranvías como sacados de una película de espías, de un servicio de autobuses puntuales, naaaaasda haaaaarlaaaanda. El sueco, escuchado de primeras parece un idioma bobalicón, vagamente emparentado con el inglés. Los suecos, vividos de primeras, parecen unos tipos dispuestos a cualquier cosa menos a discutir. Confiados, suaves. Incluso los orgullosos ángeles del infierno locales, estética a parte, están dispuestos a abrirte la puerta de la sala de fumadores del Rock Baren, eso sí, si no llevas una bebida alcohólica en la mano. Atención especial a las mesas de black jack en las que se pagan las posturas con fichas intercambiables por cubatas.

Debe ser eso, mala costumbre del turista acostumbrado al horror, lo que hace que la sensación de felicidad animal sea instantanea en los frondosos bosques nevados o al pisar la gruesa capa de hielo de un extenso lago. En el centro del país existe otro bastante más grande. Como la provincia de andalucía más o menos. Debe ser eso, una sed ancestral saciada de golpe y por aluvión.

Varias veces pensé que allí (o en un lugar similar, me faltan Noruega - y espero cumplirla a cuenta de la Comtessa en cuanto se instale y suban las temperaturas - y Finlandia, vieja obsesión que le debo a mi compadre Jesús) podría ser feliz. Podría plegarme a esa vida y esas imágenes terribles. Disculpen los italianófilos de la blogosfera, pero de mediterráneo al final va a resultar que tengo lo justo. Si acaso la bahía de Xàbia y el resto se lo pueden quedar. De hecho ya lo están haciendo. Eso sí, llegado el momento, si me van a visitar, avisen con tiempo para que no les abra en calzoncillos largos. Ninguno de ustedes merece pasar por semejante trance.

Ahí les dejo un penúltimo reto: Göteborg es la ciudad de los guantes perdidos. ¿Adivinan por qué? La solución en la segunda entrega sobre Suecia.

Todo esto, claro, con la morena, inmejorable compañera de viaje y exilio.

lunes, 26 de enero de 2009

Holmes en la noche




El detective Holmes llegaba tarde. Debía estar en el caserío de Lougbrought antes de la hora de la cena, pero una fuerte tormenta trababa el avance del coche de caballos que hundía pesadamente sus ruedas en el fango del camino. El agua se convertía en humo fatigado al contacto de la grupa de los caballos y el cochero, arrebujado en el pescante hasta no ser más que una sombra entre los amarillos faroles temblorosos, no sacaba de ellos un paso más por mucho que abusara de la blasfemia y el látigo. Contrariado, Holmes, se asomó a la ventana de la portezuela, sacó la cabeza y le gritó al hombre que se detuviera. Estaba a punto de anochecer y le pidió que se detuviera allí mismo y apartase el coche del sendero. Pasaremos aquí la noche, dijo, al abrigo de los árboles. El hombre del pescante no discutió. Habían seguido el camino principal durante algunas horas, trotando alegremente entre el dorado otoñal de los árboles y anchas extensiones de tierra roja. Después el cochero siguió un atajo que, con las horas, la oscuridad y la tormenta, los había perdido irremediablemente en medio de ninguna parte. Cuando estuvieron fuera del camino, el conductor desenganchó a los caballos y se apeó a abrir la puerta de Holmes. Sherlock Holmes protestó; de ningún modo iba a consentir compartir el angosto habitáculo con aquel hombre durante toda la noche. Le recuerdo señor, dijo Holmes con suficiencia, que la culpa es enteramente suya, así que hará bien en dormir con los caballos. Aquí le dejo una manta por si la necesita. El cochero, un bulto oscuro y chorreante, abrió de todos modos. Un relámpago incendió la noche y Holmes vio el destello negro del cañón del revólver que le apuntaba a la frente y la cólera fría, el rencor añejo de unos ojos completamente familiares. ¡Maldita sea Watson, es usted! Elemental amigo Holmes...


Primer aniversari de la Cretina Comèdia