domingo, 11 de mayo de 2008

Un maravilloso sentido común


A veces soy víctima de un cierto snobismo que no me hace bién. Desconfío de la gente y de la capacidad crítica de los grupos de más de seis personas. Algo así como lo que expresé en el post sobre la televisión, el miedo al público y a sus gustos tal vez como vía fácil para eludir responsabilidades y acunar fracasos.
Por eso me fascinó el capítulo que vivimos en Xàbia este sábado por la mañana. Como avancé aquí se trataba de una asamblea informativa contra el proyecto de la Generalitat de ampliar el puerto. Acudí con miedo. A medida que cruzaba Cristo del Mar en dirección al cine se apoderaba de mi un pánico difuso a penas conjurado por la compañía de los míos. Una vez dentro de la sala la cosa no mejoró en absoluto. Me senté en una de las filas centrales del patio de butacas y asistí estupefacto al peor arranque de una exposición que se puede imaginar. La oradora escogida hacía las delicias del enemigo. Escuchándola daban ganas de asfaltarlo todo entre el cabo de la Nao y Eivissa y a tomar por culo. Pero a medida que pasaban los minutos (y que se alternaban los ponentes) asistí conmovido a un ejercicio formidable de sentido común. Dosis exactas de sentimentalismo y exposición contundente de la situación y los pasos a dar. Una ceremonia de cartas boca arriba que admitía pocas dudas. Se podía estar a favor o en contra, pero la tibieza dejaba de ser una opción.
La ovación más calurosa la arrancó Mateta. Este tipo es un pescador conocido de todo el mundo en Duanes de la Mar, un tipo bajito, rollizo, colorado, de dos copas y dos chistes de más, uno de esos hombres a los que llevo saludando enarcando las cejas durante años, pero al que jamás presté demasiada atención ni otorgué mayor crédito. No es Emilio Castelar, pero sus diez segundos de intervención ridiculizaron punto por punto todos mis excesos literarios. Era eso, joder, exactamente eso lo que yo andaba buscando, la idea que sepulté bajo millones de palabras de paja y barro. Yo, dijo, només vull preguntar una cosa. Si el progrés és tan de puta mare ¿perqué a les fires de turisme l'ajuntament envia fotos de paisages sense una caseta? ¿Perque poseu fotos del cap de Sant Martí i l'illa i no les grúes i la via augusta dels collons? Yo només m'enrecorde que estic a Xàbia quan veig l'esglèssia de la mar i el portet i m'agrada viure aixina.
Salí del cine con la esperanza por las nubes. Un arrocito orgásmico con galeras, tótena y caldo de jurel hizo el resto.
Prometo no volver a dar el coñazo con este tema durante un tiempo prudencial, pero qué quieren, me hizo muy feliz ver que no estamos muertos.
Tengo una resaca de caballo. El taxista que me acercó a mi coche era un búlgaro adicto al ajedrez al que dejé una propina desquiciada. Bona nit.

3 comentarios:

morena dijo...

que bien! que bueno salir con esa impresión! que tranquilizador es todo!.....a veces la esperanza por sí sola no es tan poca cosa.

te de tó

Vicè dijo...

¿Qui li ha donat permís per a no seguir informant-nos? Hi ha esperança, amic!. No hi ha que rendir-se, això mai. En Albal molt prompte l'AVE arrasarà l'entorn de l'ermita de Santa Anna. Una guerra perduda. Vosaltres encara esteu a temps de guanyar la vostra.

Per cert, el dissabte de nit tastí un dels cóctels que EG proposa els diumenges a la ràdio. Guiness amb cava! Brutal. És un cóctel símbol de dol en l'aristocràcia britànica.

Forlati dijo...

Mateta president de la Generalitat. Ya no queden hòmens com ell.

Vicè: ye, amic, això ya ralla la mitomania, ¿eh?…… A la que poga el taste yo també. Hehehe