martes, 13 de mayo de 2008

El gourmet de estrellas



"Como postre sólo comía unas gelatinas blanquizcas en forma de estrella: siempre las mismas, durante todos los domingos de mi infancia. Allá al otro extremo de la mesa dominical, llena de primos, tíos y visitas, el rostro de mi abuelo, oscuro contra la luz de la ventana a que da la espalda, ingiere esas estrellas translúcidas y tiritonas que reúnen toda la luz. Y yo, al otro extremo de la mesa, lloro y pataleo porque no quiero melón ni sandía ni huesillos ni bavarois, que me dé estrella. Nana, quiero estrella, dígale al abuelo que me dé estrella, quiero y quiero y quiero, y lanzo la cuchara al centro de la mesa y mi madre se para y viene a castigarme porque soy malo..., no, no malo, consentido porque es hijo único..., cómo no, tan chico y tan irrespetuoso, es el colmo. No, no. El no de mi abuela es persuasivo y absolvente: no, que le traigan una estrella al niño para que no llore, para qué tanto boche, qué cuesta por Dios. Y ella misma, con una cuchara, corta un cacho de estrella y me lo pone en la boca..., lo saboreo todavía con las lágrimas en las pestañas y es malo, no tiene gusto a estrella, y lo escupo sobre mi servilleta bordada de patitos"

Este Domingo. José Donoso.

4 comentarios:

morena dijo...

Este viernes.La morena

diafebus dijo...

se te espera, pero no con la servilleta de los patitos sino cerveza en ristre!!
besos viajera.

Forlati dijo...

Yo también la espero, Morena. Con docenas de las mejores anchoas del mundo.

(No es deixe bufar massa el friday night, jejeje)

morena dijo...

Diafebus: Pues sería un puntazo verte en la estación con la servilletita.

Forlati:Me llevo reservando dos semanas así que no le defraudaré

Besos