jueves, 18 de diciembre de 2008

Actualización apresurada durante una de las muchas horas muertas que de un tiempo a esta parte me brinda mi trabajo. (Un día de estos post al canto, aunque después los cretinos deberán constituir un fondo de reptiles del que sacar lo que preciso para comer y bailar). Sigo la línea de desgranar, a vuelapluma, sin vocación de exactitud, una lista de seis pequeñas cosas, seis idioteces que me hacen feliz.

1- Encontrar una lectura en el baño de la oficina
2- Ver el intermitente de un coche que va a dejar libre un hueco para aparcar
3- Abrir un libro recién comprado. Tocarlo casi eróticamente. Olerlo.
4- Apagar el despertador y concederme media hora de gracia sin atisbo de culpa
5- Escribir una frase afortunada.
6 - Subir a un tren para un viaje.

Son seis pequeñas cosas, nada sustancial, pero carajo cómo ayudan. Carajo cómo se las piensa cuando faltan. Los elementos centrales de mi dicha comprenderán que se avengan mal con las clasificaciones, con el orden en general, con los buenos usos y la excelente costumbre de la alfabetización. Con el jabón perfumado y las agendas.

3 comentarios:

Forlati dijo...

Déjese de guilindainas y perfúmese hombre!!!

morena dijo...

Me gustan todas ellas, también perfumarme....

morena dijo...

Lo justo, sin dejar rastro