martes, 11 de noviembre de 2008

sopa de barco


Instrucciones para hacer una sopa de barco (o el vertiginoso equilibrio panzudo de la sepia)
1. Dótese de materiales flotantes. Los encontrará en la cocina, justo entre el tarro de nescafé y los spaguetti; son esas pequeñas bolitas como de polvo pero dócilmente desembrollables, palabras longilíneas, cursilíneas, imágenes de usted respirando, redondas canciones de tela, piernas como columnas, lagartijas de humo en fuga por las paredes del bar donde le susurraron la gran diferencia, taleguitos del moro, cochecitos del blanco, negras carreteras, firmas de carmín, engolamientos, nostalgias, albahaca.
2 Descanse por el momento. Admire los materiales puestos a secar. Permítase algo largamente negado. Silbe como una cafetera. Cántese un temita que se derrame por el deslunado, que se encarame a los caños de desagüe, entre al galope en casa de los ejemplares vecinos, galope esquivando las patas de latón verde de la mesa, zigzaguee al capricho de las baldosas, tuerza a la derecha, remonte la cama de matrimonio aprovechando un hilo suelto del edredón, se enrosque en las piernas de la esposa olvidada y le inocule, lento, húmedo y brillante, las ganas de cerrar el libraco de Savater y cantarse los ocho compases siguientes del temita.
3 Llame a su madre y cuéntele sus planes de hacer sopa de barco. Déjela llorar cuanto desee.
4 Superadas las fases anteriores llegamos a lo bueno. No se deje espantar por el método. Ahora sírvase llenar un recipiente con agua. Llueva generoso hasta anegar los caminos de la circulación mayor y menor, moje a dos carrillos, pantagruélicamente moje su vida, hasta que todo adquiera la condición bamboleante y de luz quebrada del fantasma, lo mismo el asiento trasero del coche que esputa en el vertedero del tiempo que la cocina donde tomó café la mañana en que decidió partir, lo mismo los pasillos cadavéricos que el llano sembrado de guijarros, lo mismo, idéntico, no se complique. Inunde a patadas las estancias de amigos y enemigos y no sufra, los buenos sabrán convertir el armario de dos cuerpos de la abuela en canoa y escaparán.
5 Convoque al viento. Abra las ventanas y deje que el viento hable por usted. No le interrumpa. No se rasque los ojos.
6 Coja sus sábanas, procure que tengan restos de lágrimas, sangre, semen, orines y zumo de vagina, dóblelas por la mitad misma de sus recuerdos de forma que se miren cara a cara. Ese rectángulo dialéctico es grato al azar. Deje que el azar lo elija.
7 Ahora la sopa, mágicamente, esta hecha. Trinque un cucharón de palo, inviértalo y afírmelo en los espejos (que son de popa), dómese hasta que sea el timón quien lo gobierne. Sea un dócil timonel al arrullo de lo que venga, así sea un naufragio, así se termine el mundo, así se me vaya a morir en la siguiente panza de agua.
8 Escríbame desde el primer puerto en que fondee.
9 Si el vino allí es malo, pida otra botella.





5 comentarios:

morena dijo...

Guarde todos y cada uno de ellos, con ellos recorreremos el mundo.

Bésole gran Diafebus

angresola dijo...

Guardaré esa receta en el almario (que no armario). Zumo de vagina, qué gran hallazgo diafebústico. Genial.
Abrazos.

Vicè dijo...

Zumo de vagina, grande Diafebus! y también el canalla de Angresola. Almario. Genial. Sin lugar a dudas, los máximos exponentes de la poesía cretina.

Anónimo dijo...

A mi m'ha agradat la imatge de la cançó xiulada que es transporta com una sargantana pel desllunat. I faria una altra valoració, però el fantasmagòric trànsit entre la consciència humana i la lassitud contra natura es defineix per l'alé covard i somiatruites d'un porro que m'abraseix ells llavis. I una rosa se m'acosta suggestiva.

diafebus dijo...

Senyor Santx reba emocionada benvinguda a esta casa. Això sí, a l'eixida faça el favor de fer declaració jurada de que no em fot cap cullereta de plata.
Abraç