domingo, 17 de enero de 2010

Domingo


Domingo de zapatillas de paño y tres periódicos, de boquerones que la Morena enharina con el jersey por los codos, pequeños libros plateados que unen con un pasado de cacerolas rojas y viernes de cuaresma, haikus de vientre pardo y enseñanza larga, cardumen mínimo que salta cantando al fin de la noche.

Tarde de recordar que ningún hombre de letras puede no gustar de Quevedo, orgullo pueril de que me guste Quevedo, de indagar en vano el vasto google en busca de un cuento que me refirió una vez Mor, quiero pensar que en el banco de un cementerio, aunque la probabilidad de que la imagen, por evocadora, sea real es casi nula.

Siesta de pensar que si nos hacemos una herida jugando es un drama y que ese discreto punto de sangre en la espalda es escándalo, madre, venda y mira que si te quedas tonto. Pero si fuera una lucha a espada en las Hébridas, si caída del caballo y giro sobre la escarcha para evitar una estocada final, entonces la herida es buena suerte, es amigos que suspiran felices y coraje para rato. La herida es la misma, pero el juicio cambia por una cuestión de probabilidades distintas. En la siesta se suelen pensar cosas sin hilo ni moraleja. A veces en noches lluviosas en la boca de una cueva con la capa empapada sobre los hombros y las manos en una escopeta de dos cañones paralelos, mientras, detrás de los árboles, aúlla el lobo y repta el enemigo. No se crean, son ficciones felices. Un símbolo del sueño como tregua.

Y tarde de recordar que venga lo que venga, difícilmente vendrán cumbres más espléndidas que las del viernes. En el Slaughterhouse, todos ustedes me hicieron, con su alegría, inmerecidamente feliz. Luego, con treinta y dos copas de más, esperé a las puertas de Ruzafa a que el café surtiera efecto y a que el aire de la mañana me salvara. Después llegué a casa, encontré una carta extraña en el buzón, hice acopio de tabaco y alimentos con la Morena y hasta ahora.

Hay domingos en que sucen cosas así. Y son hermosos.
Nota: ¿Qué porqué un barco para ilustrar el texto? No me hagan explicar según qué cosas a estas alturas.

2 comentarios:

morena dijo...

Habrá que buscar la fórmula para alargar esos domingos y hacer placenteros a los malditos lunes siguientes.

Gracias por todo.

Comtessa d´Angeville dijo...

GRAN!